A 50 años del golpe de Estado: Consecuencias de la exoneración política
Uno de los hechos que más marcó el período de dictadura fue la exoneración política que se vivió, hasta el día de hoy se aprecian las secuelas en las personas afectadas y de igual manera existen diferentes beneficios que se han otorgado a lo largo de los años para ellos.
Por Catalina Torreblanca y Julieta Olivares

En el contexto del aniversario de los 50 años del golpe de Estado, se recuerdan a aquellos que fueron afectados por la persecución política en tiempos de dictadura. Dentro de este grupo, se encuentran los exonerados políticos, quienes fueron despedidos de sus trabajos y fichados durante este período. Esto último causó trabas para que este grupo pudiera ejercer durante la dictadura.
Los exonerados políticos, según definió Francisco Vicencio, analista político, son aquellas personas que se vieron alejadas de los cargos que ejercían por motivos, principalmente, de índole político durante el período de dictadura, desde el 11 de septiembre de 1973 hasta el 11 de marzo de 1990, cuando fue el cambio de mando.
Durante la dictadura, según explicó Vicencio, “no se respetaban las diferencias de pensamiento y, cuando los militares llegaron al poder, iniciaron procesos de purga en las reparticiones públicas y también otros lugares de los cuales se hicieron cargo, como empresas públicas, las propias fuerzas armadas, etc. Todas las personas que podían haber mostrado simpatía por Allende o alguna relación que no fuese afín al régimen podían ser víctimas del mismo. Es por ello que este grupo, que luego se ve reivindicado en la vuelta a la democracia, se va formando”.
Una exonerada política, Ximena Serey, comentó que: “Ese día, 11 de septiembre, se acabó todo el proyecto que teníamos de vida, se truncó. Posteriormente, significó no tener posibilidades de trabajo, porque se aplicó una ley. Hubo que tomar cualquier tipo de trabajo que nos dieran, por amistades, buscar de alguna forma. Cuando logré conseguir trabajo, los sueldos eran muy bajos, por debajo de lo normal, porque sabían que uno había tenido una historia política. Las empresas, si te llegaban a contratar, por tus antecedentes te castigaban.”
Durante el gobierno del expresidente Patricio Aylwin, en 1993, se promulgó la Ley Nº19.234, la cual otorga beneficios previsionales por gracia a aquellas personas que fueron exoneradas por motivos políticos. Desde entonces, se han decretado leyes de modificación a la misma y se han fijado distintos plazos para solicitar dichos beneficios. “Hay una pensión vitalicia, de viudez para quienes estuvieron casados y también forman parte del programa PRAIS, pensión de reparación para víctimas de los derechos humanos”, complementó el analista.
La exonerada contó que para postular a la exoneración tuvo que presentar, ante el Ministerio del Trabajo, antecedentes de su militancia a favor del expresidente Salvador Allende. Además, realizar trámites de traslado de fondos en su Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) y llenar una solicitud, la cual luego fue revisada por un comité. “Yo entré en la última “cola”, porque tenía un amigo que me dijo que debía hacer ese papeleo. Él me ayudó con eso”, dijo.
Sin embargo, los beneficios de la exoneración política impiden que quienes estén inscritos puedan optar a otros bonos o ayudas del Estado, según comentó Serey, “a los exonerados se nos ha condenado a la pobreza, el castigo que nos han dado los gobiernos de derecha y heredados de Pinochet”. Por otro lado, el analista político explicó que esto se podía deber a la duplicidad de beneficios, pero que desconocía al respecto.