
Sergio Grez analiza “Dirty Wars: September 11”, el videojuego chileno que representa la época de la dictadura
En el marco de la conmemoración de los 50 años, el historiador chileno puso bajo lupa al juego desarrollado por el compositor y sociólogo, Jorge Olivares, que busca crear una dinámica histórica que recrea la vulnerabilidad social vivida entre 1973 y 1990.
Por Martina Cirer y Alexis Duque.

Bajo el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de estado, el historiador chileno, Sergio Grez, analizó el contenido de “Dirty Wars: September 11”, videojuego chileno desarrollado por el compositor y sociólogo, Jorge Olivares, que busca, a través de su apartado artístico en diseño de niveles, música y diversos contenidos históricos, reproducir y generar un ambiente y experiencia de juego que no solo entretenga, sino que también enseñe sobre la historia de Chile durante la dictadura.
Según su apartado en la página web oficial de la productora del videojuego, «Sudaka Games», el proyecto fue desarrollado con el motor gráfico Unity, muy popular en la escena “indie” de la industria. Este combina mecánicas de sigilo, puzles y diálogos interactivos en un mundo cerrado e inmersivo ambientado en la ciudad de Santiago. El jugador toma el papel de Maximiliano y Abigaíl, una joven pareja que presencia los hechos de la dictadura directamente, decidiendo unirse al comité revolucionario COMIREV, sacrificando todo para entrar a una difícil vida en la clandestinidad.
De acuerdo a lo dicho por el experto, el juego quiere recrear “uno de los episodios más tristes y dramáticos de la historia”, puesto que “dio paso a un régimen de terrorismo de Estado, a violaciones masivas de los Derechos Humanos y a la instauración del modelo neoliberal más extremista del planeta cuyas consecuencias seguimos sufriendo medio siglo después”.
Bajo su visión, la trama principal del juego corresponde a “ciertas experiencias de la lucha clandestina o semi clandestina de resistencia correspondientes”, aseverando que las logra representar “con seriedad y rigurosidad” y que -utilizando este como ejemplo- considera al videojuego un medio “adecuado” para crear conciencia ciudadana.
El historiador recalcó que la vida en resistencia que el videojuego busca reproducir es muy parecida a la que él tuvo que vivir en carne propia. “En grandes líneas, es lo que me tocó vivir al participar en esa resistencia, hasta que fui detenido, secuestrado, torturado y conducido a un campo de concentración”, afirmó.
Al preguntársele sobre si el contenido histórico del juego había sido tergiversado por temas de dramatización, Sergio respondió: “puede que algunos detalles se hayan dramatizado para hacerlo más atractivo, pero en lo fundamental, corresponde”. Siguiendo este mismo punto, el experto aclaró que “no existen visiones neutrales respecto de la historia, no puede haber historiografía neutra, aséptica. Siempre hay condicionamientos sociales, culturales, políticos y de todo tipo en nuestra manera de ver o de reconstruir la historia”, añadiendo que esto no debería ser impedimento para que la reconstrucción de la historia en videojuegos sea lo más objetiva y honesta posible.

Financiamiento y apoyo
Al ser un videojuego independiente, Jorge Olivares tuvo que buscar financiamiento de espacios oficiales, encontrando el apoyo a su proyecto en el estado, a través de -principalmente- la ayuda que ofrece a proyectos artísticos audiovisuales, el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, donde se le proveyeron 20.425.510 de pesos. Esto confirmado a través del documento oficial de “nómina de proyectos” del año 2022, publicado anualmente por la Fondart.
Tiempo después de su aprobación, “Dirty Wars: September 11” se unió como proyecto oficial de «Sudaka Games», productora que, según su blog oficial, está compuesta de “desarrolladores sudakas haciendo juegos”, que buscan apoyar proyectos latinoamericanos de videojuegos dando consejos y brindando desarrolladores/programadores para el mismo.
Problemas con la publicación
A pesar de que la obra buscaba ser lanzada en la plataforma de Steam el día 29 de agosto de este año, no se ha podido cumplir con la fecha, de hecho, para la segunda fecha propuesta para su publicación, el día 11 de septiembre, tampoco se logró el lanzamiento. Esto debido a que, según indicaron las redes sociales de “Dirty Wars: September 11”, las revisiones obligatorias de contenido que solicita la plataforma, han sido desaprobadas 3 veces, por lo cual el videojuego no puede ser publicado hasta que se hayan realizado las correcciones de contenido que Steam indique directamente al desarrollador.
Recalcando que han intentado no elucubrar al respecto, los desarrolladores indicaron que tienen motivos para creer que existen razones externas para dilatar el proceso de aprobación en la plataforma. Este acto lo tildaron de “sospechoso”, puesto que es un proceso que solo consiste en “revisar el juego y verificar un listado”, y que parece obviar el contexto de la conmemoración de los 50 años.
Interesante idea de adecuarse a los tiempos para permitir mantener la memoria sobre hechos tan horrorosos. Hoy, la actitud y discurso de la derecha relativiza los hechos y circunstancias y así permite que la audiencia también los relativicen.
Respecto al retraso … sospechoso