Las decisiones de los productores que priorizaron la calidad por sobre la cantidad y las condiciones climáticas, provocaron que en 2025 se espere una producción de un 30% menos.
Por: Maite Miño y Rafaela Smith
La temporada de cerezas 2025/26 comenzó con una baja en la producción en comparación al año pasado, debido a la decisión de los productores de obtener una calidad superior del fruto por sobre la cantidad. Además, los factores climáticos, como las heladas de fines de agosto, hicieron que se perdiera mercancía, teniendo como resultado que haya un descenso del 30% en la producción, según expertos.
Chile es reconocido mundialmente por ser el principal exportador de cerezas a nivel global. Este logro es gracias a la capacidad de producción que se genera en el país que se encuentra en el Hemisferio Sur. Esta ventaja se refleja en las zonas productivas chilenas, como lo es el sur del país, que brindan las condiciones ambientales y las horas necesarias de frío para cultivar una fruta de alta calidad.
Debido al alto estándar de las cerezas, China es el mayor comprador y el que mejor remunera por esta fruta, adquiriendo más del 90% del producto cada temporada.
El factor más relevante para que el gran asiático sea el importador principal es el Año Nuevo chino. Según la Directora Editorial de SmartCherry, Beatriz Parra, “el año nuevo se celebra de acuerdo al calendario lunar y la llegada de la cereza a China calza con esa celebración, por lo tanto, esta fruta se vende en grandes volúmenes en ese país, donde es regalada como un rito”.
Cerca de 2.000 toneladas arribaron a Shanghái en vuelos chárter o los llamados “envíos expreso” que permiten llegar a China en apenas 21 días. El resto se transporta por vía aérea, marítima o incluso terrestre, especialmente cuando se trata de mercados secundarios para este fruto.

El cambio de estrategia
A pesar del éxito que tienen las cerezas en China, en la temporada de 2024-2025 se registró una sobreproducción que generó una oferta excesiva frente a una demanda relativamente baja.
Tras esto, el agrónomo especialista en fruticultura en la exportadora Aurora Australis, Ricardo González, explicó que, debido a la masificación del cultivo, una parte importante de la fruta no alcanzó los estándares de calidad exigidos por los compradores. Por tanto, este año fue necesario reducir las exportaciones y concentrarse exclusivamente en el envío de cerezas en buen estado y así no perder mercancía.
Además, comentó que el comportamiento productivo de los árboles cereceros esta temporada, comparada con el año pasado, ha estado influenciada por una menor cantidad de kilos de frutas. En términos generales, al comparar esta temporada con la anterior, la tendencia es que exista una disminución de kilos por hectárea.
Por otra parte, el ingeniero agrónomo, Mauricio Santos, aclaró que debido a las grandes distancias entre mercados y a la alta dependencia de Chile respecto del visto bueno del gigante asiático para sus envíos, las empresas exportadoras están buscando otras alternativas de posibles compradores en el resto del mundo.
Cabe recalcar que esta temporada de exportación es crucial para definir los planes que la industria tomará respecto al futuro de las cerezas. Los resultados de este ciclo permitirán evaluar si las estrategias adoptadas, como la priorización de la calidad y la búsqueda de nuevos mercados, son sostenibles y rentables.
Lo que ocurra durante estos meses tendrá repercusiones directas en Chile, ya que impactará no solo en la producción, sino también en sectores vinculados como la mano de obra agrícola, la incorporación de nuevas tecnologías y la logística de transporte, todos aspectos fundamentales para mantener la competitividad del rubro a nivel global.

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