Nicolás Miranda causó revuelo en España al ingresar con muñecos del Ministro israelí como Chucky y del Presidente argentino como el perro de Trump
Por: Loreto Cabezas y Maite Cabrera
El artista chileno, Nicolás Miranda, intervino en el Museo de Cera de Madrid el martes 7 de octubre. Instaló, al lado de la estatuilla de cera del presidente estadounidense Donald Trump, una figura del primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, vestido del muñeco “Chucky”. Lo acompañaba un perro faldero con la cara del mandatario argentino, Javier Milei, y a la par dejó tres ratas con cara de políticos Españoles de ultraderecha.
Miranda señaló que la intervención fue cuidadosamente planificada junto con su equipo, estudiando los puntos ciegos de las cámaras y limitando la exposición a menos de 30 minutos. “Como no estaba coordinado, tampoco queríamos hacer lío. Y, por otro lado, también tiene que ver con evitar cualquier tipo de riesgo ilegal para nosotros. O sea, si dejamos una pieza ahí en el olvido, nos pueden sacar multa o armar algún asunto ilegal”, comentó el artista.
Por su parte, el Museo de Cera de Madrid publicó un comunicado en el que se desvinculó por completo de la intervención artística mediante un comunicado, y que no avala ni se hace responsable del contenido simbólico o político de la obra. “Queremos reiterar nuestro compromiso de ofrecer un espacio cultural respetuoso y libre de contenidos no consensuados. Rechazamos cualquier utilización de nuestras instalaciones para fines ajenos a los establecidos en nuestra misión institucional. Agradecemos la comprensión de nuestros visitantes y del público en general”, detallaron.
El equipo ingresó al museo, montó las esculturas, las fotografió y las retiró a los pocos minutos sin ser detectados:
La intervención fue ideada desde diciembre por el artista y su equipo, después de que fuera contactado por una entidad artística anónima sin comisión (Uncommissioned) de California en Estados Unidos, con intervenciones alrededor del mundo. Según Miranda declaró, “desde las primeras sesiones todo avanzaba bien, incluso me dijeron que usarían mi obra como cabecera para los textos teóricos del proyecto”.
Destacó que luego de tener más de cuatro reuniones con el gremio, le comunicaron que no daba con el perfil que estaban buscando, en lo que él asume que fue por la figura de Netanyahu. El artista terminó cubriendo gran parte de los gastos que implicó el proyecto, como lo eran los de las entradas del museo y el equipo técnico, que inicialmente iban a ser cubiertos por el colectivo:
“En ese momento decidí seguir adelante por mi cuenta. Si el proyecto ya estaba en marcha, había que hacerlo, aunque significara financiarlo completamente desde mi bolsillo”
El autor del proyecto declaró que la intervención mezcla elementos de la cultura pop con figuras políticas. Una representación más directa de esto es la de Netanyahu como el muñeco diabólico, en alusión directa a la película Chucky, cuyo título original en inglés es “Child ‘s Play” (“Juego de niños”), nombre que también lleva la obra. Miranda describió esta elección como un “gusto burlón” y satírico. “No es para quitarle peso, sino que es una manera de justamente pensar críticamente y tener mínimos espacios para poder criticar lo que está pasando”, detalló.
¿Arte o protesta?
En el sitio web nicolasmiranda.art, dentro de su sección “Operación”, el artista detalla con mayor profundidad los propósitos que guían sus obras. Allí afirmó: “Mi producción es contextual, opera desde la manipulación del objeto y el espacio que habita, no obstante, su principal característica responde a una articulación conceptual”.
En complemento Leonor Castañeda, Licenciada en Artes mención Pintura de la Universidad de Chile, explica que el arte no tiene límites, sino que lo importante es la creatividad, incluso en lo político “Hay que estudiar el optimismo político desde el arte, y las fronteras son difusas, pero justamente estas son las zonas de tensión que son interesantes”
