Categoría: Deportes

Esteban Aravena Urrutia, seleccionado nacional de 15 años, lucha por reunir los recursos necesarios para competir representando al país este 16 de septiembre en el Campeonato Sur Centro Americano SCA de Balonmano en Asunción, Paraguay.

Por: Mathias Cerón y Maite Miño.

Esteban Aravena, seleccionado nacional sub-16 de balonmano, se alista para representar nuevamente a Chile en el Campeonato Sur Centro Americano SCA de Balonmano 2025, que se disputará este 16 de septiembre en Asunción, Paraguay. Sueña con repetir la hazaña de 2023, cuando se consagró campeón del torneo. Sin embargo, ese objetivo hoy cuelga de un hilo, debido a la falta de apoyo económico que amenaza con dejarlo fuera de la competencia. Una realidad que refleja un patrón en el deporte chileno. La historia de Estefanía Mora, campeona mundial de powerlifting, expone la misma problemática, triunfos internacionales sin respaldo financiero.

Aravena es oriundo de Curicó, donde empezó a jugar handball a los 12 años, inspirado en sus hermanas mayores que también practicaban este deporte. Así, desde ese momento el joven que es tercero entre cuatro hermanos, empezó a soñar en grande. “Siempre soñé con representar a Chile, y ahora es mi segunda oportunidad internacional (…) no hay mejor sentimiento que representar a tu país en algo en lo que destacas por ser bueno”, explica.

El seleccionado nacional de balonmano logró un extenso palmarés en su corta carrera de no más de 3 años jugando el deporte a nivel juvenil/junior. Entre sus reconocimientos cuenta con: un Campeonato Regional sub-14 (2022-2023), campeón Sur Centro Americano SCA de Balonmano 2023, premio al mejor extremo nacional federado 2024, un primer lugar del Torneo TIMM (Torneo Internacional Marga-Marga) 2024 y convocado a la preselección nacional sub-18 (2025).

A pesar de su compromiso, viajar desde Curicó a Santiago día por medio para entrenar, teniendo solo ayuda financiera de su madre, en una familia de 5 personas. Es un panorama difícil de costear, si se tiene en cuenta transporte, indumentaria y preparación. “Es un estrés y una preocupación no poder ir a entrenar a la selección por falta de recursos (…) uno no sabe si podrá ir o tendrá que quedarse en casa”, reconoce Aravena.

Depender económicamente de gestiones personales, ventas en ferias de pulgas y rifas para sostener una carrera deportiva que ya ha dado frutos. Es un panorama que se ha vuelto común en el deporte chileno, y el caso de Esteban Aravena no es aislado.

La historia se repite en otro lugar

En paralelo, Estefanía Mora, campeona mundial de powerlifting y oriunda de Coihueco en la región de Ñuble, vive su propia batalla contra la falta de financiamiento. A pesar de tener un amplio currículum de logros deportivos, tuvo que realizar una rifa y aún debe pedir apoyo para costear sus futuras competencias, como su participación en el PHL Arena 2025, competencia internacional que se disputará del 12 al 14 de septiembre en Madrid, España.

Desde sus inicios en el powerlifting, a Mora siempre le ha gustado el entrenamiento de fuerza. Se destacó incluso en su primera competencia, al quedar en el podio inmediatamente, lo que la motivó a seguir adelante en la disciplina. Uno de los hitos más significativos de su carrera fue el Campeonato Iberoamericano en México 2023, en el que fue subcampeona.

El logro que no pasó desapercibido, fue su paso por el Mundial de Powerlifting 2024 en Las Vegas, Estados Unidos. Compitió con un desgarro en el gemelo izquierdo, una lesión que la llevó a tener otra mentalidad y enfrentar la tarima con una fortaleza distinta. Se consagró campeona mundial en la categoría -75kg y también obtuvo un segundo lugar en el overall. A ello se suman su título de campeona iberoamericana en Argentina 2025, las cinco veces que salió campeona nacional junior, entre otros reconocimientos. 

Para Estefanía Mora la preparación mental es tan crucial como la física. Por ahora no tiene un auspiciador para financiar un psicólogo deportivo, y debe arreglárselas por sí sola para evitar problemas que puedan perjudicarla mentalmente. Además, su labor como preparadora física le demanda largas jornadas, que equilibra con su entrenamiento casi diario.

Ambos deportistas coinciden en que el esfuerzo debe ir acompañado del respaldo y apoyo tanto del Estado, como de posibles auspiciadores que reconozcan su trayectoria. La campeona mundial contó que:

“lamentablemente con todo lo logrado no ha sido suficiente (…) Para mí es muy nostálgico, no sé qué más tengo que lograr para poder contar con apoyo en cada una de mis preparaciones, competencias y en general”.

“Estoy operado cinco o seis veces de la espalda, tengo dos barras de titanio”, reflexionó Torres sobre los baches que tuvo y su filosofía deportiva tras consagrarse como el número uno en el ranking mundial de su categoría. Es el primer chileno en lograrlo.

Por: Mathias Cerón y Maite Miño.

El día de ayer, Ignacio Torres escribió una página inédita para el deporte chileno. Con solo 23 años, el tenismesista paralímpico oriundo de Puente Alto se convirtió en el número uno del mundo en la clase 6 de la Federación Internacional de Tenis de Mesa (ITTF World) Para Ranking, en el torneo Para Elite Spokane 2025, EE.UU. Siendo el sexto torneo que gana de los siete que ha competido en lo que va de año.

Torres lleva 11 años entrenando en la disciplina. Nació con miopatía muscular central core, condición que reduce la fuerza de sus músculos y lo ha llevado a someterse a múltiples operaciones de columna. “Tenía que empezar a moverme (…) tenía una obesidad”, así relató Torres, acerca de su infancia y las complicaciones que le iban apareciendo a medida que crecía.

“Me dio escoliosis, estoy operado 5-6 veces de la espalda, tengo dos barras de titanio. Hay cosas que me cuesta hacer como agacharme, pararme en ciertos lugares”, relata Torres.

Así a la vez que avanzaba con su discapacidad iban apareciendo otras problemáticas que sobrellevar. Aunque su familia se esforzaba por su bienestar, también le tenían confianza en que le gustaría practicar algún deporte, “fui a ver varios deportes (…). Cuando estábamos viendo tenis de mesa justo estaban dirigentes. Mi papá se acercó, ahí empezamos a hacer las gestiones y entrenar tenis de mesa”

En su recorrido, Torres comenta que ha recibido poco apoyo de parte de la Municipalidad de Puente Alto, comuna en la que aún vive. Todo lo contrario con la Municipalidad de Ñuñoa, en donde ha entrenado la mayoría de su trayectoria.

Aún con varias de las problemáticas que le han ido apareciendo en la vida, el mismo Torres asegura que su discapacidad lo ha llevado lejos: “he conocido países, he conocido culturas, lugares maravillosos, experiencias de estar bajo presión, de ir a unos Juegos Paralímpicos que poca gente va. Es como darle vuelta a la vida y ganarle”.

Competir en el circuito para mundial de tenis de mesa

El circuito mundial de la ITTF es un sistema que clasifica a los atletas de tenis de mesa adaptado según los puntos obtenidos en sus mejores resultados en los torneos del último año. Torres compite en la clase 6, lo cual se refiere a las diferentes categorías de discapacidad existentes. De la clase 1 a la 5 se refiere a aquellos que compiten en silla de ruedas, de la 6 a la 10 son quienes juegan de pie y la 11 es para personas con discapacidad intelectual. 

“Todavía me quedan tres competencias: un torneo del circuito mundial en Brasil, el Parapanamericano específico adulto y los Juegos Parapanamericanos Juveniles en Santiago 2025”, afirmó Torres acerca de los próximos desafíos que espera con ansias, puesto que serán sus últimos juegos juveniles. 

“Yo les diría que pase lo que pase siempre hagan deporte. Y que siempre los sueños se cumplan. Y hay que luchar por ellos”.