La decisión de Washington de cerrar el diálogo con el gobierno de Maduro y una posible escalada militar tendría consecuencias para América Latina en lo migratorio y en la estabilidad, según expertos.
Escrito por Josefina Aguirre, Madison Alvarado y Carlos Díaz.
Tras el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de suspender cualquier acercamiento diplomático con el gobierno de Nicolás Maduro, el pasado 7 de octubre, las tensiones entre EE.UU. y Venezuela alcanzaron un punto crítico. La medida, que busca intensificar la presión sobre Caracas, ha generado preocupación en América Latina ante el riesgo de un conflicto que podría tener repercusiones políticas y humanitarias en toda la región.
En el artículo Las relaciones de Venezuela con Estados Unidos en la era de Trump, el investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Ecuador, Alexis Colmenares señaló que la relación entre Caracas y Washington se ha caracterizado por altibajos y una “diplomacia de micrófono” que evoluciona según la coyuntura política venezolana. Estas fricciones, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso (CRS), publicado este año, se ven reflejadas en gestos recientes de Estados Unidos, como el despliegue naval cerca de Venezuela y la designación del Cartel de los Soles y el Tren de Aragua como organizaciones terroristas. Estas medidas podrían exacerbar las tensiones y desestabilizar la región.
Análisis geopolítico
El analista internacional y profesor de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda manifestó que un ataque sobre territorio venezolano se podría derivar de la ruptura, lo que generará que las relaciones de EE.UU. con Latinoamérica se corrompan. “Probablemente, va a tener el apoyo de los aliados más cercanos como Argentina o El Salvador y va a tener un rechazo rotundo de sus enemigos más enconados como Cuba y Nicaragua”, y el resto de LATAM condenará la situación, pero es poco probable que tomen acciones al respecto, exceptuando a Colombia, agregó Aranda.
Al mismo tiempo, expresó que la postura que adoptarán los gobiernos latinoamericanos frente a la presión de Estados Unidos será recurrir a organismos internacionales, como la OEA y CELAC para promover soluciones pacíficas, adicionalmente afirmó que: “una mayoría probablemente llamando a dejar las armas y a entablar diálogos.
Panorama regional
El sociólogo y gestor de políticas públicas, especialista en relacionamiento comunitario y participación ciudadana, Jósmar Valdez, se refirió al tema y opinó que el anuncio del cierre de la vía diplomática es una jugada política por parte de Trump para aumentar la presión sobre Venezuela y fortalecer así su estrategia de presión militar y diplomática. Asegurando que las comunicaciones entre ambos países continúan fuera del foco público.
Para la región latinoamericana, la consecuencia de una escalada militar en este conflicto sería una nueva ola de inmigración venezolana, especialmente en países vecinos como Colombia, Brasil, Ecuador y Chile, generando así un entorno regional inestable. El sociólogo afirmó que esto llevaría a cada gobierno a tomar una posición y causando polarización:
Sin embargo, el experto descartó una invasión directa de parte de Estados Unidos a Venezuela debido al cambio de la política estadounidense durante la última década.
Perspectiva ciudadana
El inmigrante Venezolano residente en Estados Unidos, Marlón Abreu, confiesa su preocupación ante la creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela. “Mi familia está allá todavía (…) nunca he estado a favor del gobierno de Maduro, pero todas estas cosas igual afectan a Venezuela”, afirma, reflejando el impacto de la escalada diplomática sobre la vida cotidiana de los venezolanos. Además, advierte sobre las posibles repercusiones regionales: “Venezuela no está aislada (…) con todos estos problemas se podría generar otra ola de migración y crear más problemas con diferentes fronteras”, evidenciando cómo la crisis podría desestabilizar países vecinos como Colombia y Brasil.
