Cientistas políticos apuntan a factores territoriales y a una mala elección del lugar como causas de la baja convocatoria en su cierre de campaña pese a que Kaiser figura en tercer lugar en encuestas como Criteria y Panel Ciudadano-UDD.
Este miércoles, el cierre de campaña de Johannes Kaiser en la comuna de Maipú obtuvo solo 250 participantes aproximadamente. A pesar de haber figurado en las últimas semanas en el tercer puesto de algunas encuestas, como Agenda Criteria y Panel Ciudadano-UDD, su acto en la plaza mayor de la comuna contó con escasa asistencia.
Para el cientista político Víctor Olazaran, la explicación está más en la geografía política que en la popularidad del candidato. “Maipú no es territorio natural del votante duro de Kaiser. Es una comuna amplia, diversa y con un alcalde del Frente Amplio, lo que ya marca una tendencia. Su apoyo más visible probablemente está fuera de Santiago o en otras comunas de la Región Metropolitana”, señaló.
Según Olazaran, una convocatoria baja en ese sector “no indica que Kaiser esté inflado en las encuestas, sino que el cierre se realizó en un espacio donde su base electoral no es dominante”.
La cientista política Cecilia Osorio coincide en que la asistencia a un acto masivo ya no es un indicador fiable del apoyo electoral. “Hoy no es muy significativo medir la fuerza de un candidato por cuánta gente lleva a un acto. Hay desafección, cansancio y muchas razones por las que las personas no participan en actividades masivas”, explicó. Añadió que Kaiser, además, no tiene una base partidaria fuerte, a diferencia de otros candidatos que sí cuentan con estructuras capaces de movilizar militancia.
Para Osorio, incluso aquellos candidatos que sí logran llenar actos no necesariamente convierten esa energía en votos. “Puedes tener miles de personas fieles en la plaza, pero eso no significa que vayas a obtener una mayoría”.
Olazaran también advierte que interpretar la asistencia como un termómetro electoral es complejo:
“Influye todo: el día, la hora, si es una plaza o un recinto cerrado, si el territorio es favorable o no. Son muchos factores cruzados como para sacar conclusiones definitivas”
A su juicio, solo sería un indicador contundente si la actividad hubiese fracasado en una comuna especialmente favorable para el candidato.
Osorio, por su parte, subraya el rol del comportamiento del electorado al tener un porcentaje importante de personas indecisas que no se sabrá hasta el día de los resultados su voto. Y también está el votante obligado, más desafectado políticamente, que tampoco se sabe cómo se orientará.
La cientista advierte además que no se deben confundir distintos tipos de conducta política:“Una cosa es que la gente diga quién cree que será presidente, otra es por quién va a votar, y otra completamente distinta es que asista a un acto. Son comportamientos que no se pueden mezclar”, señaló.
Sobre el eventual impacto electoral de la baja convocatoria, Olazaran cree que dependerá de cómo reaccionen los otros comandos: “No va a perder la mitad de los votos por esto. Pero sí puede afectar la percepción: alguien podría pensar que la candidatura no es tan fuerte como parecía y optar por un voto estratégico. Todo depende de si otros candidatos logran instalar esa narrativa”.