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  • Centro Cultural la Moneda organiza evento audiovisual junto con productora neurodivergente Spectrum 

    Centro Cultural la Moneda organiza evento audiovisual junto con productora neurodivergente Spectrum 

    El evento, con fines de inclusión, se realizará el 12 de diciembre a las 8 de la mañana en el CCLM y busca visibilizar el trabajo tanto nacional como internacional de jóvenes dentro del espectro autista

    Escrito por Luciano Marambio y Fernanda Urria

    Letrero del Centro Cultural La Moneda (CCLM), fotografiado por Luciano Marambio

    El Centro Cultural la Moneda (CCLM) junto con la productora nacional SpectrumPro, realizarán este viernes 12 de diciembre el evento “Miradas Neurodivergentes”, una muestra de material audiovisual desde las 8 de la mañana en adelante. Este evento, que es parte del programa de inclusión del centro cultural, busca incorporar a jovenes del espectro autista dentro del circuito audiovisual nacional y visibilizar sus trabajos. En el evento se mostrarán producciones tanto nacionales como internacionales realizadas por los participantes de la productora. 

    SpectrumPro, inspirado en su homónimo canadiense, es una productora audiovisual chilena que lleva 5 años operando, la cual busca incluir a jovenes neurodivergentes dentro del mundo cinematográfico y actoral. A través del acoplamiento a sus necesidades sensoriales, la casa audiovisual se especializa en formar a las juventudes en el ámbito técnico y crear un ambiente grato para sus participantes en los rodajes

    En palabras de la Directora de SpectrumPro, Rosario Pavez, en esta instancia “vamos a mostrar producciones audiovisuales que hacemos para eventos, para empresas, fundaciones, etcétera”. Según se especificó en el comunicado de CCLM, “la jornada contará con la participación de invitados e invitadas de Canadá y Argentina, con miras a potenciar el intercambio cultural y valorizar el talento neurodivergente”. Además, se destacan trabajos de los participantes chilenos en producciones de “Spectrum Productions”, productora canadiense de la que se inspiran. 

    Este evento forma parte del Programa de Inclusión del Centro Cultural la Moneda, cuyo fin principal es “crear un entorno inclusivo, respetuoso y accesible que promueva la participación activa y el bienestar de todas las personas”. Esta es la primera vez que CCLM crea una instancia que se enfoca en la temática de la neurodiversidad, ya que “hay un trabajo muy profundo y muy potente de una productora como Spectrum Pro que nosotros de alguna manera queremos fomentar y visibilizar”, explica el Coordinador de Inclusión del centro cultural, Bruno Catalán.

    La inclusión de las juventudes neurodivergentes en lo audiovisual

    Existen diversas miradas respecto a lo que significa la inclusión neurodivergente en ámbitos sociales. Fernanda Manriquez, psicóloga y encargada del Departamento de Inclusión de la Facultad de Psicología UDP, explica que la inclusión consiste en “cómo esa persona con esas características (neurodivergentes) puede en compañía de profesionales, recursos, etc., ir generando destrezas, habilidades y estrategias que le permitan vivir una vida más plena para enfrentar esos desafíos cotidianos”.

    Pavez comenta que estos desafíos cotidianos también se presentan dentro de lo audiovisual y actoral. La directora relata que en los inicios de SpectrumPro, se vieron enfrentados a un joven que tenía sensibilidades sensoriales con un material específico del vestuario, lo que les hizo darse cuenta como casa audiovisual “que en términos de vestuario, de maquillaje, es muy importante anticipar. Como advertir, preguntar, ¿te molesta? ¿No te molesta? Mira, nos vamos a poner esto”, remarcando la importancia de anteponerse a este tipo de situaciones

    Por otro lado, SpectrumPro funciona con un ritmo de trabajo más amigable que otras productoras con un enfoque más tradicional, proporcionando más pausas en los rodajes y  utilizando jornadas más cortas para evitar el cansancio de sus participantes.  

    Catalán, mencionó respecto al evento “Miradas Neurodivergentes” y otros relacionados con el Programa de Inclusión del Centro Cultural La Moneda que “en el fondo son programas que están apuntados y a veces co-diseñados con estos mismos públicos prioritarios (como las neurodivergencias). Este es un trabajo que se viene haciendo hace varios años, pero que hemos ido cada vez más formalizando y que ahora ya forma parte del corazón de lo que hacemos “.

  • La Ficción de la Inclusión: Las Barreras Persistentes en el Proceso Electoral Chileno

    La Ficción de la Inclusión: Las Barreras Persistentes en el Proceso Electoral Chileno

    El ejercicio del derecho a voto es la piedra angular de la ciudadanía, pero para miles de personas con discapacidad (PcD) en Chile, este acto fundamental se convierte en una odisea marcada por la frustración y la dependencia .

    Nota escrita por Vicente Cisternas y Josefina Olivares.

    A pesar de los avances normativos y la existencia del Voto Asistido, la realidad en los locales de votación durante las elecciones presidenciales revela una profunda brecha entre la ley y su aplicación, exponiendo la simulación de la inclusión y la persistencia de barreras estructurales que limitan la participación plena en el proceso electoral. La visión crítica de este panorama se sustenta en la evidencia de que las medidas de accesibilidad a menudo son insuficientes, improvisadas o mal implementadas.

    La Ley N° 20.422 y los protocolos del SERVEL son un marco teórico loable, pero la práctica demuestra que la accesibilidad universal sigue siendo una meta lejana. La mayoría de los locales de votación, al no haber sido diseñados bajo criterios de inclusión, presentan obstáculos insalvables: escaleras sin rampas adecuadas, señalética inexistente o confusa, y cámaras de votación con dimensiones que impiden el ingreso de sillas de ruedas o la asistencia cómoda.

    Delegada del local de votación del colegio de San Fernando, Constanza Rojas, refuerza esta crítica al comentar que:

    “Este año decidimos dejar prácticamente todas las mesas en el primer piso, porque el colegio no cuenta con las adecuaciones necesarias para que una persona en silla de ruedas pueda subir”, explica. “Si no, debemos recurrir al voto asistido, habilitando una zona especial para atenderlos, porque no existe una infraestructura realmente accesible”.

    Esta deficiencia no es una mera falla logística, sino un reflejo de la falta de prioridad real que se le otorga a la accesibilidad en la planificación electoral. El Estudio sobre accesibilidad al voto de personas con discapacidad , realizado por el Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión (CEDETi UC), pone en evidencia estas fallas. El informe, que documenta la experiencia de PcD en el proceso electoral, señala problemas concretos como el tamaño inadecuado de la cámara de votación y la altura poco accesible de la mesa para sufragar. Más aún, el estudio critica la necesidad de acreditar la discapacidad para solicitar el voto asistido, un requisito que, lejos de facilitar, impone una carga burocrática y estigmatizante al votante.

    Imagen tomada por Josefina Olivares.

    El mecanismo del Voto Asistido, que debería ser un facilitador de la autonomía, se transforma a menudo en un símbolo de la dependencia forzada. La necesidad de ser acompañado por un tercero, incluso de confianza, compromete el principio fundamental del secreto del voto, un pilar de la democracia. Para muchas PcD, la falta de opciones verdaderamente autónomas, como máquinas de votación accesibles o papeletas en formatos alternativos (más allá del Braille, que no es universal para todas las discapacidades visuales), significa que su participación está condicionada a la ayuda de otros, mermando su dignidad cívica.

    Además, la capacitación del personal electoral es notoriamente inconsistente. La falta de sensibilización sobre las diversas discapacidades y la aplicación rígida de protocolos generan situaciones de incomodidad, discriminación o, en el peor de los casos, la negación del derecho a sufragio. Cuando el personal no está preparado, la inclusión se reduce a un acto de caridad o favor, y no al reconocimiento de un derecho.

    La frustración ante estas barreras se manifiesta en la baja participación. El encargado de la Fundación Chilena para la Discapacidad, Matías Poblete, afirmó que:

    “Cada elección recibimos apenas cinco o seis denuncias, pero ese número no refleja la realidad, mucha gente no reclama o no sabe dónde hacerlo”

    Lo que ilustra la decepción que genera el sistema. Además Poblete agrega :

    Lo que evidencia que la promesa de la ley se desvanece ante la realidad de la jornada electoral.

    En la misma línea, el delegado electoral del local del Liceo de Tajamar, Pablo Mettroz, reconoce que:

    “Todo depende de la infraestructura del colegio; nosotros usamos lo que hay”. Aunque destaca rampas y ascensor, advierte que “si el ascensor falla, dependemos de un técnico de la municipalidad para repararlo”. También señala que “hay mesas con vocales sin experiencia, lo que genera filas largas y molestias, especialmente para personas con movilidad reducida”.

    En conclusión, mientras Chile se enorgullece de sus avances democráticos, la realidad de la inclusión electoral para las personas con discapacidad es un recordatorio de la deuda pendiente. Es imperativo que las autoridades electorales y el Estado dejen de conformarse con soluciones paliativas y asuman la accesibilidad universal como un requisito de diseño fundamental, garantizando que el derecho a voto sea, sin excepciones ni dependencias, un ejercicio pleno de la ciudadanía.