Etiqueta: Mujeres

  • El Estado cubano es acusado de utilizar violencia de género como herramienta de represión

    El Estado cubano es acusado de utilizar violencia de género como herramienta de represión

    Un informe de Amnistía Internacional (AI) exige a las autoridades del país a poner fin a prácticas autoritarias de opresión que afectan de manera específica y diferenciada a mujeres que ejercen activismo, periodismo y defensa de derechos humanos.

    Por: Maite Cabrera y Rafaela Smith

    En un informe de Amnistía Internacional (AI), investigación Nos quieren calladas, pero seguimos resistiendo, se detalla cómo se analizaron 52 casos de represión que el Estado de Cuba ejecutó en contra de mujeres que promueven el cumplimiento de los derechos. En el documento se exige el fin inmediato de la violencia de género constitucional contra las mujeres, así como la adopción de una ley integral contra la violencia de género con medidas específicas de protección y una vigilancia sostenida sobre su situación.

    El texto estudia hechos ocurridos entre 2014 y 2025, en el cual dan a conocer las distintas formas en las que el Estado cubano somete a las mujeres cuando expresan su opinión o desafían las normas establecidas. Según la nota sobre el informe de la AI, las autoridades utilizan frecuentemente los desnudos forzados, registros corporales invasivos, estigmatización por género, edad y orientación sexual, uso de la maternidad, las labores de cuidado y las amenazas contra sus familiares como mecanismos de intimidación y control.

    La investigadora del Caribe de Amnistía Internacional, Johanna Cilano Peláez, afirmó que en el país se utiliza como insulto la maternidad y los roles de cuidado. Tras esto, se determina que este patrón no es incidental, sino estructural y sostenido, y que el Estado usa todo su aparato de entidades legalmente reconocidas para ejercer la represión de manera sistemática.

    Por otro lado, Cilano afirmó: “Amnistía concluye que el Estado cubano incumple sus obligaciones en materia de derecho internacional en términos de violencia de género al no prevenir, proteger, sancionar y erradicar la violencia de género, no garantizar la participación en la vida pública de las mujeres y coartar su derecho a vivir una vida libre de violencia”. Además, cabe recalcar que Cuba aún no reconoce el feminicidio como un delito aislado, a pesar de que los movimientos feministas internacionales y nacionales le han solicitado al Estado varias veces una ley contra la violencia de género.

    Violencia basada en el género

    “Los primeros que te maltratan son los primeros que se supone te tienen que proteger”, declaró Ivonne Tayano, cubana de 52 años, quien, por decirle a un policía cubano que no le hablara de manera irrespetuosa, fue arrestada. “Él reaccionó violentamente, se quitó el casco y los guantes de manera agresiva y me llevó a la unidad policial, diciéndome: Tú te vas presa”. Concluye que, de no haber contado con alguien con influencia dentro de la policía, podría haberse enfrentado hasta a diez años de cárcel.

    Tayano concluyó que en Cuba no existen leyes que protejan realmente a las mujeres, ni siquiera en áreas tan básicas como la atención médica. “Para parir lo hacemos sin anestesia”, agregando que tuvo dos partos de este tipo, los cuales fueron instrumentales (con fórceps) con un corte de 13 puntos, según ella, “a sangre fría”. “Al hombre lo reprimen si habla contra el Estado, pero para lo demás, para las mujeres es horroroso”, declaró.

    El Observatorio de Derechos Humanos en Cuba (OCDH) realizó una investigación en la cual se determinó que, “decenas de mujeres cubanas permanecen encarceladas por motivos políticos, muchas de ellas detenidas tras participar en manifestaciones pacíficas, denunciar abusos del Estado o ejercer su derecho a la libertad de expresión y asociación”. Estas mujeres son sometidas a procesos judiciales sin garantías, con cargos manipulados como desórdenes públicos, desacato o sedición, y sancionadas con penas excesivas.

    Por su parte, indicó además que el país caribeño aún tiene compromisos necesarios para el crecimiento social y político del territorio. Y que, idealmente, se implemente un protocolo en contra de la tortura, además de adoptar una postura más abierta al control internacional que permita la intervención de organismos que defiendan los derechos humanos.

  • Estudio revela que dos de cada tres ataques digitales están dirigidos a mujeres políticas

    Estudio revela que dos de cada tres ataques digitales están dirigidos a mujeres políticas

    El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) examinó 3.000 publicaciones de X, que opinan sobre las elecciones presidenciales de 2025, donde el 59% eran mensajes en contra de mujeres que están en política. Como es el caso de las candidatas presidenciales u otras líderes de opinión.

    Por: Nicole Guichard y Mathias Cerón

    El pasado 4 de noviembre, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de Chile lanzó una iniciativa llamadaInfórmate con responsabilidad, participa con integridad”, enfocándose en el marco de las elecciones presidenciales de 2025. La campaña analizó alrededor de 3.000 publicaciones de X entre el 17 de septiembre y el 1 de octubre. En esta, Valentina Salas, jefa del Área de Gobernanza y Territorio del PNUD en Chile, reveló que el 59% de los ataques son dirigidos a mujeres en política o a líderes de opinión, lo que haría que dos de cada tres ataques están dirigidos a ellas.

    Según el Director de la Fundación Momento Ciudadano, la cual es una organización de la sociedad civil que busca promover una educación cívica y democrática, Rodrigo Mayorga, el hecho de que la mayoría de los ataques en redes se dirijan a mujeres “refleja una realidad y una desigualdad estructural de género que existe en Chile”. Esto sería una exclusión persistente hacia las mujeres del espacio político. Adicionalmente, en una entrevista a Cooperativa, Valentina Salas también mencionó que muchas veces los mensajes analizados eran con ofensas a la identidad de género o al cuerpo femenino, buscando “deshumanizar” a la adversaria política.

    Para la coordinadora del Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género, y diplomada en comunicación política y educación mediática en CLACSO, Fabiola Gutiérrez, estos datos y los tipos de mensajes emitidos reflejan un patrón estructural:No es solo acoso, es una manera de disciplinar a las mujeres que opinan y lideran, generando miedo, autocensura y abandono de espacios de decisión”, señaló. Desde la perspectiva de Gutiérrez, este tipo de violencia “empobrece la democracia”, porque reduce las voces femeninas en la discusión pública.

    De la misma manera, Mayorga explica que, por estos ataques, las mujeres se desincentivan a participar y postular en la política y reducen aún más su presencia en la competencia electoral. En consecuencia, la violencia digital no solo refleja la desigualdad existente, sino que también la profundiza al limitar la representación política femenina

    “Los ataques hacia mujeres, yo creo que nos refleja una realidad y una desigualdad estructural de género que existe en Chile. En el sentido de, primero, el nivel de ataques que reciben las mujeres en relación a los hombres, y segundo, el cómo muchas veces a la mujer se le excluye del espacio político”.

    Respecto a la violencia simbólica, la especialista Gutiérrez señaló que “es la más invisible, pero también la más naturalizada”, a lo que comenta que: “Se expresa en memes, burlas y discursos que ridiculizan a las mujeres o reproducen estereotipos de género, y durante los periodos electorales esto se intensifica. Por eso los medios, los partidos y las campañas deben asumir un compromiso ético: formar comunicadores con enfoque no sexista y promover observatorios que visibilicen estas prácticas”, enfatizó.

    La violencia digital alimenta la desconfianza política

    Otros datos importantes que reveló el análisis de PNUD fueron que el 49% de los comentarios estaban dirigidos a candidatos y candidatas presidenciales, y en menor medida, al poder ejecutivo, partidos políticos y congreso. Aunque el principal motivador de toxicidad en la conversación digital fue la afiliación política, alcanzando el 69% del total de publicaciones con contenido violento. 

    Infografía con datos de la campaña del PNUD; 49% de los comentarios estaban dirigidos a poderes políticos. (infografía y créditos de: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de Chile).
    Infografía con datos de la campaña del PNUD; 69% del total de publicaciones con contenido violento y alusivo a cierta afiliación política. (infografía y créditos de: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de Chile).

    También, Rodrigo Mayorga alude a que los discursos violentos apelan a emociones como la rabia e indignación, pero sin soluciones reales, sino que solo aumentan esa misma “rabia”. Esto provoca una frustración que hace creer que “toda la política es igual”, lo que reduce la confianza en las instituciones democráticas y disminuye la participación ciudadana. 

    Mayorga añade que esta disminución se debe a la desconfianza en las instituciones. Además, hoy muchas campañas usan estrategias basadas en “emociones fuertes” porque resultan efectivas. Así, los candidatos que emplean estos discursos son electos; otros políticos imitan este estilo para obtener el mismo éxito. 

    Por otro lado, Gutiérrez destacó que la campaña del PNUD “marca un paso importante” al instalar la idea de responsabilidad informativa y ética digital, pero advirtió que las normas vigentes aún no bastan: 

    “La legislación chilena es insuficiente. No basta con castigar: se debe prevenir y reparar. Eso implica educación digital con enfoque de género, protocolos de respuesta en las plataformas, desde una mirada de derechos humanos, un acompañamiento legal y psicológico a las víctimas y campañas que promuevan una ciudadanía digital respetuosa”.

    Finalmente, Mayorga menciona que las iniciativas del PNUD pueden ayudar a moderar la polarización al entregar herramientas para identificar y enfrentar discursos que se viralizan rápidamente, pero solo funcionan como contención. Añade que, para un cambio real, se requeriría una transformación más profunda. Por ejemplo, que la ciudadanía deje de premiar estos discursos y que los medios revisen qué contenidos priorizan. Mientras los mensajes polarizantes sigan siendo efectivos electoralmente, las candidaturas tendrán incentivos para usarlos.