Mientras el Servel entregaba los primeros cómputos de la elección presidencial, donde Jeannette Jara lidera, el índice y la moneda de cambio más relevante de la economía nacional comenzaron a moverse en direcciones opuestas. Expertos advierten que el comportamiento refleja patrones históricos de incertidumbre política.
Por: Mathias Cerón y Carlos Díaz
Durante la noche de este domingo 16 de noviembre, los mercados reaccionaron apenas el Servel publicó los primeros resultados de la elección presidencial: el IPSA retrocedió y el dólar subió, un movimiento que los especialistas, en materia económica e histórica, atribuyen a la incertidumbre que genera quién encabeza la primera vuelta, siendo Jeannette Jara, y qué tipo de gobierno podría instalarse en diciembre.
El dólar evidenció la primera señal de tensión: el viernes 14 de noviembre cerró en $925,63, pero este domingo/lunes, tras conocerse quién lideraba la primera vuelta, subió a $932,63, confirmando una mayor búsqueda de refugio frente al nuevo escenario político. El IPSA también reaccionó a los resultados, retrocediendo 1,11% hasta los 9.603 puntos, con pérdidas concentradas en bancos, retail y empresas ligadas al consumo interno. La caída borró parte de las ganancias acumuladas durante la semana y reflejó que los inversionistas comenzaron a ajustar sus portafolios.


El movimiento simultáneo del dólar y del IPSA se interpretó como una señal temprana de cómo el mercado está leyendo el liderazgo de Jeanette Jara en esta primera vuelta. Así, el profesor en la carrera de Economía de la Universidad Alberto Hurtado, Eduardo López, explica que estas fluctuaciones tienen ciertas raíces y tendencias claras en el país. “Mientras existan fuerzas políticas o presidenciales que tengan posiciones o posturas a favor del mercado (…)las opiniones de los empresarios van a ser favorables. Por el contrario, cuando ganan opciones políticas contra el mercado o de ruptura, los mercados actúan defensivamente y la mejor manera de actuar defensivamente tiene que ver con la caída en las acciones”
López agrega que estas variaciones no solo responden a movimientos técnicos, sino a un componente psicológico muy presente en países emergentes como Chile. “El dólar se ha transformado en un termómetro. Marca el rumbo de los países porque es una moneda de refugio, y cuando hay incertidumbre política, su valor responde inmediatamente”. Es precisamente esa condición la que explica que, incluso con variaciones acotadas en los resultados preliminares, la divisa experimente alzas.

Al analizar la estructura del mercado local, López sostiene que la reacción rápida del IPSA también es esperable debido a la concentración de empresas que lo componen.
“Las 40 empresas más importantes del país se transan en el IPSA, y nuestras empresas son pocas, concentradas, y, por tanto, también eso también se transforma en un indicador”.
La sensibilidad del índice se amplifica en contextos electorales donde la señal del resultado final aún no está completamente consolidada.
Un resultado que activa incertidumbre para diciembre
El comportamiento de esta noche también se explica por la percepción de que estas elecciones fueron particularmente impredecible. Aunque encuestas más recientes como la CEP 95 ya proyectaban a Jeannette Jara como favorita y a José Antonio Kast en segundo lugar rumbo a una segunda vuelta.
Para el historiador y magíster en historia contemporánea chilena, Mauricio González, esta inestabilidad política tiene raíces profundas y no puede analizarse solo desde lo inmediato. “Chile ha vivido ciclos donde los cambios políticos generan momentos de calma o de tensión económica. Es un patrón que se repite desde hace décadas, porque los actores leen el escenario pensando también en experiencias anteriores”, explica.
En esta misma línea, González argumenta que “una elección siempre torna más sensible al mercado; el mundo empresarial lee estos momentos como escenarios de riesgo o de oportunidad, dependiendo del signo político que predomine. Pasó con Allende, pasó con Lagos, pasó con Elwyn; cada giro político fuerte genera expectativas que se expresan rápidamente en el dólar y en la bolsa”.
Tal como lo menciona el historiador González, hay preferencias políticas del empresariado chileno que también condicionan la forma en que la bolsa y el dólar responden cuando un candidato toma ventaja.
“El mundo empresarial, al caso chileno en su mayoría, ¿no es cierto?, enfatiza más el tema productivo y por lo tanto también siempre se vinculan más con posiciones de derecha o de centro-derecha”.
La incertidumbre también se proyecta hacia la segunda vuelta. Se espera que el candidato de oposición, Kast, reúna los votos restantes de Johannes Kaiser (1.399.013 [13,94%]) y Evelyn Matthei (1.283.459 [12,79%]). Pero existen otros postulantes a presidenciales con porcentajes relevantes como: Franco Parisi (19,32%), Harold Mayne-Nicholls (1,27%), Marco Enríquez-Ominami (1,18%) y Eduardo Artés (0,66%), que podrían redefinir el mapa.
Con la segunda vuelta ya instalada en el horizonte, las próximas jornadas estarán marcadas por ajustes, análisis y nuevas lecturas del mercado. López advierte que los efectos en el mercado no se limitarán a esta primera reacción de la noche electoral, sino que podrían profundizarse una vez que se conozca el resultado definitivo de diciembre: “Si en la próxima elección de diciembre gana Jara, lo primero que se va a golpear va a ser el dólar y el IPSA” ; además comenta que “el dólar sube y genera una sensación de alarma. (…) somos una economía abierta donde la mayoría de los bienes que consumimos dependen del valor del dólar”.
El elegir entre los candidatos Kast o Jara no solo definirá el rumbo político del país, sino también el comportamiento financiero más inmediato: uno donde cada punto porcentual y cada voto podrían mover, otra vez, el dólar y el IPSA.

















